top of page

Lactancia y SÍNDROME DE DOWN

  • María Laura Destefano
  • 21 mar 2022
  • 2 Min. de lectura

¡Amamantar a tú bebé con Síndrome de Down, es posible!

La llegada a la familia de un bebé con Síndrome de Down se vive en cada caso de manera diferente y deben enfrentar un montón de situaciones inesperadas. El apoyo de la familia es indispensable, sobre todo de quien acompañe a la mamá en el puerperio.



La conducta de la succión en bebés con Síndrome de Down, es menos eficiente que en los bebés nacidos a término. Se diferencia en la presión de la succión, la frecuencia y duración, y también la deficiencia en el movimiento peristáltico de la lengua. Estos niños presentan macroglosia, es un trastorno en el que la lengua es más grande de lo normal, debido a un aumento de tejido, esto dificulta al inicio un buen agarre. Los problemas de succión mejoran sustancialmente entre los 3 y 4 meses, mientras que durante el primer año de vida la eficacia de la succión mejora notablemente.


Las primeras horas de vida, es esencial el contacto piel a piel, favorece el control de temperatura, relaja a la mamá y al bebé, favoreciendo mejor vínculo de la diada. Que el bebé se prenda al pecho dentro de la primera hora de nacimiento, tendrá menos dificultades para una buena prendida. En la prendida, es importante dar buen soporte a la cabeza y al resto del cuerpo ya que el bebé necesita centrar su atención y su esfuerzo en la succión.


Debido a la hipotonía (tono muscular disminuido) que estos bebés presentan suele afectar a la buen succión al comienzo de la lactancia, aunque algunos pueden succionar bien desde el principio. Algunas posiciones para amamantar resultan de más ayuda que otras. La posición invertida (de pelota de rugby o de canasta), brinda mayor control y permite que la mamá sostenga su pecho con la otra mano y pueda usar la posición “mano DAN-CER” para ayudar a su bebé a comprimir el pecho, se usa para ayudar al movimiento de la mandíbula.


Los bebés con Síndrome de Down suelen estar más dormidos que otros bebés y no necesariamente se despiertan con frecuencia para tomar el pecho. Debido a que se cansan demasiado es importante que hagan tomas cortas y más seguidas para mantener la producción.


Como los bebés hipotónicos pueden tener otros desórdenes asociados con la discapacidad neurológica, el beneficio de la leche humana podría marcar la diferencia a largo plazo. Los niños con enfermedades cardíacas congénitas que han sido amamantado han crecido mejor, han tenido estancias menores en el hospital y saturaciones de oxígeno más altas que bebés que han sido alimentados con fórmula. Otra vez esto puede ser un beneficio potencial para los bebés.


Aunque algunos tengan problemas de inicio, no siempre es así y pueden ser alimentados de forma exclusiva, aunque sus madres precisen de una mayor perseverancia y apoyo.

Commentaires


bottom of page